Veintiún techos solares para reducir la factura eléctrica

El plan del Ayuntamiento de colocar placas fotovoltaicas en treinta y dos instalaciones de la ciudad sigue viento en popa: la primera tanda de veintiún techos comunitarios ya está prácticamente terminada

El plan del Ayuntamiento de colocar placas fotovoltaicas en treinta y dos instalaciones de la ciudad sigue viento en popa: la primera tanda de veintiún techos comunitarios ya está prácticamente terminada, con una previsión de que empiecen a generar energía este 2023. La instalación de las placas hasta la fecha actual incluye siete instalaciones educativas, cuatro culturales, tres administrativas, el Mercado Municipal de la plaza de Europa y el Depósito Municipal.

En total, la instalación del conjunto de las instalaciones llegará a los 940 kW de potencia, permitiendo generar alrededor de los 1.200 MWh. Una cifra equivalente al gasto de 400 hogares de media y que, en palabras del alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, ayudará al Ayuntamiento “a llegar a la autosuficiencia, es decir, que toda la energía necesaria para mantenernos la generamos directamente nosotros”. “Actualmente”, continúa el alcalde, “estamos al 40 % del despliegue de placas fotovoltaicas, y la idea es llegar al 100 % en dos o tres años”.

El Ayuntamiento, además, compartirá una parte de esta energía: “Además de autoconsumirla, lo que queremos es compartirla con los vecinos y vecinas a través del Vilawatt”, decía Jordi Mazón, teniente de alcalde de Transición Ecológica. En este último sentido, es clave, según Mazón, “la idea de impulsar comunidades solares energéticas en Viladecans”, como las que se pondrán en marcha próximamente en dos pruebas piloto en el Mercado Municipal y en la Escuela Enxaneta, y que beneficiarán a cerca de treinta familias y significarán un ahorro del 30 % para las paradas del mercado.

El año 2021, un año todavía pospandemia, el Ayuntamiento tuvo un consumo eléctrico de 8,63 GWh, por el que los nuevos tejados solares habrían cubierto un 11 % de aquel gasto municipal. La actuación supondrá así un ahorro en la factura eléctrica, que en 2021 ascendió a 1,51 millones de euros –entre los edificios (incluidas escuelas e instalaciones deportivas), el alumbrado público y los semáforos– y en 2022 se prevé todavía más alta por el aumento de los precios energéticos y una mayor actividad pospandemia.

Gracias al esfuerzo para captar recursos de financiación, el Ayuntamiento se ha ahorrado el coste completo de esta actuación, de casi 1,7 millones de euros. La Unión Europea financia el 50 % a través de los Fondos FEDER y la Diputación de Barcelona, el otro 50 % a través del Programa Sectorial Renovables 2030, dotado también con fondos europeos Next Generation.