Familias de alumnas de la escuela Enxaneta y el instituto Josefina Castellví participaron el 6 de octubre de 2022 en una sesión informativa para sumarse a una de las dos pruebas piloto de comunidades energéticas locales a través de las cuales el Ayuntamiento compartirá con la ciudadanía la energía solar generada en los tejados de instalaciones municipales.
El Ayuntamiento ofrece a cincuenta familias de estos dos centros educativos que vivan en una distancia inferior a 500 metros (tal como marca ahora la ley) la posibilidad de disponer de 1 kW a un precio más económico que el de la energía de la red. Se calcula que cada una se ahorraría alrededor de 150 euros al año.
Las placas fotovoltaicas para generar la energía ya están colocadas en la instalación desde su construcción en 2014, a diferencia de los otros 21 edificios municipales alrededor de los cuales el Ayuntamiento quiere impulsar comunidades energéticas antes de acabar el año proximo. Gracias al apoyo económico de los fondos FEDER de la Unión Europea, que sufraga la mitad de los casi dos millones de euros del coste del proyecto, las obras se han puesto en marcha este verano en siete instalaciones educativas, cinco deportivas, cuatro culturales y tres administrativas, el depósito de vehículos y el Mercado Municipal de la plaza de Europa.
Esta instalación comercial es precisamente la otra que forma parte de la prueba piloto de comunidades energéticas. Se están acabando ya de instalar 80 módulos fotovoltaicos que, antes de acabar el año, permitirán proveer tanto el edificio del mercado y la oficina de atención ciudadana anexa como el consumo propio de una decena de paradistas del mismo mercado. El objetivo es que puedan rebajar alrededor de un 30 % del coste de la luz consumida por cada uno de los establecimientos.
LA PARTICIPACIÓN, POR FASES
Actualmente, el Ayuntamiento ya ha trabajado la participación de los paradistas del mercado y está buscando familias de la escuela Enxaneta y el instituto Josefina Castellví, que en caso de estar interesadas pueden contactar con la Oficina Vilawatt. Para cada nueva comunidad energética que se vaya a poner en marcha, el Ayuntamiento abrirá una convocatoria previamente. Podrán aspirar aquellas personas que vivan a menos de 500 metros de la instalación que genere la energía y la selección contará con criterios sociales de prioridad.
Estas personas no estarán obligadas a cambiar de compañía eléctrica (a pesar de que es recomendable formar parte de Vilawatt), ni tampoco tendrán que realizar ningún tipo de obra en sus hogares, ni podrán verse afectadas por ningún problema de suministro, puesto que se trata de un trámite simplemente administrativo. El ahorro obtenido para la participación en estas pruebas piloto será mayor si se ajustan los consumos eléctricos en las horas en las cuales se genera la energía, es decir, cuando hay sol.
La potencia instalada en el conjunto de esta veintena de instalaciones será de 940 kWp, el cual generará unos 1.200 MWh al año, el equivalente a todo lo que gastan unos 400 hogares de media. El Ayuntamiento ya ha solicitado al Gobierno de España otra subvención de los fondos Next Generation para ampliar la iniciativa hasta 33 comunidades energéticas los próximos años, sumando la instalación de placas en otras once instalaciones, entre ellas el cementerio municipal, y aumentar así alrededor de un 60 % la generación de energía verde actual.
UN ESPEJO PARA LAS COMUNIDADES VECINALES
El impulso del Ayuntamiento de comunidades energéticas con los edificios públicos como motor pretende también servir de ejemplo del valor de la autoproducción compartida por parte de las mismas comunidades vecinales de manera autónoma.
Con la legislación actual, la instalación de placas fotovoltaicas para la generación compartida ya es posible y asequible a través de varias fórmulas de financiación, ya sea sufragada por los mismos participantes o por parte de una tercera empresa que ponga el dinero y reciba una parte del beneficio hasta compensar la inversión inicial.
Uno de los atractivos es que el Ayuntamiento ofrece bonificaciones de impuestos municipales por la instalación de placas fotovoltaicas que permiten crear estas comunidades. El impuesto por las obras de instalación se bonifica en un 95 % y, una vez instaladas, durante tres años se paga la mitad del impuesto de bienes inmuebles.
Además, el trámite administrativo para la instalación es muy sencillo, puesto que sólo requiere comunicación previa, sin necesidad de esperar a la tramitación de una licencia.