Una delegación de Greenpeace de Eslovenia, Croacia, Rumania y Bulgaria ha visitado este jueves 29 de febrero Viladecans para conocer de primera mano la experiencia de Vilawatt para el empoderamiento ciudadano hacia la energía. La iniciativa del Ayuntamiento ha sido elegida por la entidad ecologista –junto con otras en las localidades catalanas de Balenyà y Pujalt– como referente para inspirar actuaciones en el este de Europa en las que la ciudadanía se implique al generar y compartir energía sostenible.
La delegación de Greenpeace ha podido conocer el espíritu de Vilawatt y las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora, como la renovación energética integral de edificios de viviendas, la promoción de la cultura energética en la sociedad y en las escuelas, la creación de una moneda local y el impulso de las dos primeras comunidades energéticas locales a partir de las placas fotovoltaicas instaladas en los tejados de la Escuela Enxaneta y del Mercado Municipal.
La responsable de Energías Renovables de Greenpeace de Europa Central y del Este, Laura de Rosa, ha explicado que el interés por los proyectos catalanes de transición energética es porque «son únicos e innovadores». Además, recalcó que aquí «la gente hace frente a las adversidades y, gracias a la excelente cooperación a nivel regional y local, se han podido crear estos proyectos como Vilawatt.
El teniente de alcalde de Transición Energética, Jordi Mazón, ha acompañado a la delegación, en la que había también medios de comunicación audiovisual de sus respectivos países que han realizado un seguimiento de la visita por el valor del proyecto. Mazón les ha explicado que Vilawatt, nacido en 2016 a raíz de un proyecto europeo, “es una estrategia de ciudad para la necesaria transición hacia un modelo energético verde y social que permita hacer frente al cambio climático que amenaza nuestro modelo de vida”. «Se trata de uno de los motores para lograr una ciudad climáticamente neutra en emisiones, una de las dos Misiones de la Estrategia Viladecans 2030», ha destacado, que ha añadido que la ciudad trabaja porque «incluso en ‘horizonte de 2050 haya un balance de emisiones negativo”.